
La vuelta de Donald Trump al tablero geopolítico internacional tras su toma de posesión el pasado mes de enero ha sido sin duda el hilo conductor que ha marcado el pulso de los mercados financieros en este arranque del año, los cuales se han visto dinamitados por alguna de sus medidas estrella; la implantación de aranceles a casi todos los países del mundo (especialmente a China), la exclusión de Europa en la resolución del conflicto de Ucrania, o la amenaza de una salida de EEUU del tratado de la OTAN. Unido a su falta de diplomacia, incluso con sus socios tradicionales, ha generado una espiral de incertidumbre sin precedentes en las últimas décadas.
Ante la amenaza de un profundo cambio del paradigma internacional vigente desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, los dirigentes europeos han comenzado a tomar cartas en el asunto, y se han puesto encima de la mesa medidas tan relevantes como un plan de rearme basado en la creación de un ejército europeo independiente de la OTAN, con un claro acercamiento hacia Reino Unido en detrimento de EEUU.
Por otro lado, Alemania, modificaba su constitución para elevar el gasto público, con un plan de inversión en infraestructuras de 500.000 millones, importe que representa más de un 11% de su PIB. Una Alemania que con una deuda sobre PIB del 63%, frente a niveles de endeudamiento superiores al 100% de países como Francia, España o Italia, tiene margen para tomar este tipo de medidas que impulsen el crecimiento de su economía.
Este fuerte incremento del gasto público previsto generó mucha volatilidad en el mercado de bonos. Así pues, el bono alemán a 10 años cerraba el trimestre en el 2,46% frente al 2,36% de cierre de año, si bien llegó a tocar niveles del 2,90% en el momento de conocerse todos estos planes de gasto, que requerirán ser financiados. En el caso estadounidense, la rentabilidad del bono a 10 años llegó a descender hasta niveles del 4% debido a las dudas generadas entorno a la economía americana consecuencia del plan proteccionista de Washington, después de que se acercara peligrosamente a la barrera del 5% al inicio de año. Una mayor estabilidad del mercado de bonos europeo ha provocado una disminución del diferencial de tipos Europa-EEUU lo que ha derivado, entre otros factores, en un debilitamiento del dólar.
Por la parte de los mercados financieros, si bien los últimos años se respiraba especial optimismo en todo lo relacionado con Estados Unidos, el inicio de una guerra comercial a gran escala, ha hecho que las expectativas de inflación en el país americano se disparen a niveles históricos. Esta incertidumbre hace que tanto empresas como consumidores retrasen o paralicen sus inversiones o compras, algo que impacta negativamente en el crecimiento de la economía. Una combinación de ralentización de crecimiento económico e inflaciones altas es una situación muy peligrosa para la economía, lo que se conoce como estanflación. En este sentido, se están produciendo contundentes rebajas en las expectativas del crecimiento para el país americano, y por ejemplo el FMI ha revisado sus expectativas de crecimiento al 1,8% frente al 2,7% anterior, un recorte muy significativo. Como consecuencia los activos de riesgo, tanto la bolsa americana como los bonos corporativos de peor calidad, han sufrido importantes caídas.
Destacar que, entre los días 2 y 7 de abril, coincidiendo con la entrada en vigor de unos aranceles más elevados de los esperados, se produjeron eventos de volatilidad históricos, con caídas cercanas al -13% para el S&P500 y Nasdaq100 (el índice de las conocidas como “siete magníficas”) o superiores al -12% para el índice europeo Eurostoxx 50. Los principales índices de bonos europeos también entraban en terreno negativo, acumulando los bonos de calidad una rentabilidad negativa en el año del -0,6% y del -1,3% los bonos de mayor riesgo.
En este contexto de pánico de los mercados, nuestros planes mantenían a fecha 7 de abril rentabilidades acumuladas positivas en el año del +1,03% para nuestro plan dinámico Surnepensión Renta Variable, del +0,60% para nuestro plan conservador Surnepensión Renta Fija, y del +2,77% para nuestro plan prudente Surnepensión Mixto. Mientras, los principales índices bursátiles presentaban rentabilidades negativas del -4,9% Eurostoxx 50, -18,5% S&P500 o -21,5% Nasdaq 100.
Como venimos reiterando los últimos trimestres, la gestión conservadora del patrimonio de nuestros clientes hace que nuestros planes por lo general evolucionen relativamente mejor en entornos de negatividad o dudas, que en periodos de optimismo desbordante como el que hemos vivido los últimos tiempos.